Prepagas

Como con todo lo demás, el saqueo de LLA en esta cuestión es torpemente improvisado en una y otra dirección, e impulsa un desorden y confusión donde lo único garantizado es que pierda el 99% de la población trabajadora y gane el 1% de capitalistas que no conformes con haberse forrado (del Estado también) en pandemia y bajo “infectadura”, se han forrado ahora (gracias al Estado otra vez) con el anti-peronismo libertario (para los precios capitalistas).
El carácter mitómano de LLA sólo se ve superado por su carácter cleptómano. Ahora resulta que el capitalismo y el libre mercado no funcionan, los empresarios son parásitos sociópatas y no héroes, y es imprescindible la intervención estatal, libertaria, falaz, sin mayor efecto, porque no hay método coercitivo ni garantías de cumplimiento, sólo alguna demora en la continuidad de los aumentos. Es decir, otra maniobra fake-news de propaganda semanal para distraer a la audiencia enceguecida por creerles.
Cabe suponer que el Poder Judicial haya llamado la atención sobre la inviabilidad del asunto por la lluvia de amparos en todo el país, lo cual da la pauta de que la intervención del pueblo determina lo que hace o no hace el gobierno. Milei no gobiernan, los dejan gobernar, que es distinto.
Pero esta improvisación que violenta todos los principios discursivos de “las ideas de la libertad” es un manotazo de ahogado que delata la consciencia que tienen Caputo-Milei de la extrema debilidad de su gestión corsaria.
El capitalismo ya se había llevado puesto el relato peronista de la conciliación de clases. Ahora el capitalismo se llevó puesto el relato anti-peronista de las ideas de la libertad. (Medidas estatales propagandísticas sin mayor efecto práctico son el peronismo cotidiano que habíamos sabido conseguir.) El problema de fondo es el capitalismo que defienden peronistas y anti-peronistas (por derecha).
Lo único que en este momento avanza en Argentina (aparte del carry trade, la transferencia de riqueza, el déficit fiscal, la deuda y la burbuja especulativa) es la necesidad y oportunidad de salir masivamente a echarlos y meterlos a todos presos. No hay mayor misterio.

Argentina 20/12/2023

Da la impresión que esta gentuza no está bien de la cabeza.
También que por más que el mascarón de proa sea Macri o Milei (uno más inútil e inadaptado que el otro), luego el saqueo lo organiza Caputo.
Caputo es un trader, un tipo abocado a la gestión del parasitismo financiero. Un chorro. Más o menos legal según se mire. Responde a los intereses económicos de una minoría parasitaria (nacional e internacional) que son tan enemigos del interés popular como es el interés de un tumor maligno respecto de los órganos que lo rodean.
Hablan de ‘orden’ mientras impulsan una hiperinflación que “desordena” toda la economía (la maquinita no ha parado de imprimir pesos, para forrar usureros financieros). Hablan de ‘retraso’ y ‘sinceramiento’ de precios, pero refiriéndose al aumento de precios de los distintos capitalistas, mientras, el precio de la fuerza de trabajo (sueldos, jubilaciones) no para de caer, violentamente.
Eso no es ‘sinceramiento de precios’, es transferencia de riqueza. De la mayoría que menos tiene (el pueblo trabajador que pierde valor de sus ingresos) a la minoría que más tiene (el capital concentrado que gana en cada suba de precios, entre otros mecanismos).
El Estado nos está robando a todos para dársela a los de siempre.
Mientras tanto, son incapaces de hablar de corrido, o de leer en voz alta sin confundir palabras, incluso antónimos.
Como si la ley del régimen no fuera suficientemente injusta y anti-popular, la violan. La infradotada fascistoide ministra de seguridad anuncia (balbuceando) que se arroga la potestad de decidir cuáles manifestaciones pueden realizarse y cuáles no, como si hubieran declarado el estado de sitio, o como si pensaran que pueden improvisar una delirante dictadura oligárquica.
Quizá vieron que había baja desocupación (aunque altísima precarización y pobreza) y por ende margen para recesión y despidos, y por ende margen para incrementar violentamente la tasa de explotación y el parasitismo.
El domingo Milei y su troupe viajaron hasta Bahía Blanca para decirles que se arreglen por su cuenta. Algunos han hecho notar que eso hubiera podido mensajearlo desde La Bombonera, y al menos girar la guita que gastaron en ir en banda hasta allá (sólo para hacer enano-facho-cosplay). Aunque claro, en La Boca lo puteaban de arriba a abajo, y se venía su primer vapuleo social y político en ejercicio, a manos de Riquelme y la hinchada Xeneize.
(Dicho sea de paso, parece que el Servicio Meteorológico Nacional había advertido con mucha anticipación lo que podía pasar, y el gobierno no tomó medidas al respecto. ¿Qué responsabilidades les caben por las muertes evitables?)
Cuanto más rápido salgamos a enfrentarlos menos daño podrán hacer. Macri paró la mano cuando una movilización obrera le plantó cara frente al Congreso.
Si la movilización del 20 es suficientemente masiva puede ser un primer punto de inflexión, precoz y tardío, para torcer la barbarie de estos sociópatas infradotados de turno. No tanto por la movilización en sí, como por el mensaje que enviará a toda la población.
Vamos.

Un repaso de la situación hasta ahora: #COVID-19 y #Pandemia

Para opinar y charlar.

En números actuales (27/03/2020), sobre el total de la población mundial -unos 7.700 millones de personas- los casos confirmados de COVID-19 -menos de 600 mil- representan menos del 0,01% del total de la población. De estos, se estiman unas 24 mil muertes y 123 mil recuperaciones, es decir, 20,5% de personas curadas y 4% de mortalidad. Considerando los distintos países afectados, todo indica que con una atención adecuada, elemental, la tasa de mortalidad puede ser incluso menor, y los casos de recuperación completarían el total (más del 90%). Corea del Sur, por ejemplo, tiene una tasa de mortalidad del 1,5% y 51% de recuperados a la fecha.
En Italia, quizá el país considerado el cuadro más grave a nivel mundial, sobre una población de unos 60 millones, a la fecha hay unos 81 mil casos confirmados (menos del 0,2% de la población), y de estos unas 8.300 muertes (10%) y 10.400 recuperaciones (13%).
Otro caso más reciente considerado grave -por la carencia de salud pública e incluso privada- es el de EEUU, con una población de unos 328 millones de personas, 86 mil casos confirmados (0,03% de la población), 1.300 muertes (1,5%) y 1.900 recuperaciones (2,2%).
China, aparentemente el punto de inicio del contagio y por ende el más avanzado en su evolución, sobre una población de unos 1.400 millones, registró cerca de 81.400 casos (0,006% de su población), 3.300 muertes (4%) y 75 mil recuperaciones (92%).
Se trata de una enfermedad que mayormente se atraviesa con síntomas menores o de manera asintomática, como cualquier gripe. En casos severos, es comparable a una pulmonía, y el tratamiento también.

COVID-19 case fatality rate by country and number of confirmed cases March 27, 2020
Plot of confirmed cases vs fatalities for COVID-19 by country showing case fatality rate.

¿Cómo se explica entonces que una enfermedad que no es grave, que requiere un tratamiento simple y conocido, y cuya propagación ha alcanzado apenas a un porcentaje ínfimo de la población, genere semejante situación de debacle y parálisis mundial, pánico, y en algunos casos incluso muertes (evitables)?

Estas consecuencias tienen un orden.
Primero la debacle, que a nivel económico, social y político, es pre-existente, antecede por completo cualquier cuestión vinculada a esta enfermedad o a cualquier otra.
El estado de la economía mundial era considerado por casi todos como los inicios de una recesión histórica antes que nadie estornudara en Wuhan, Lombardia o New York.
Como parte de esta debacle hay dos manifestaciones que son las más pertinentes: de un lado, el desmantelamiento histórico, progresivo, y la privatización, de los sistemas de salud públicos (como todos sabemos, la salud pública está en ruinas y avanza en saturación y a menudo colapso desde que tenemos memoria; esto se ve claro en el presupuesto miserable que se le asigna, desde infraestructura e insumos hasta el destinado a sus trabajadores, salarios y jubilaciones). De la mano, el sistema de salud privado -es decir, el negocio privado, capitalista, de la salud- es mayormente inaccesible para la población, pero además es insuficiente: el capital privado tampoco invierte en salud. En las clínicas privadas la precarización y súper-explotación son la norma -incluso entre el personal más especializado- y la atención a los pacientes -incluso en las prepagas más caras- es deficitaria, con turnos que demoran semanas o meses, ahorro en estudios e insumos a expensas de la salud de la clientela, etc. Es decir que la salud pública se desguaza, y la privada no se desarrolla, no hay capacidad de consumo (los sueldos de la mayoría de la población son miserables) y tampoco hay inversión (infraestructura mínima en clínicas privadas y prepagas).
Del otro lado, las medidas -triviales- que se debían tomar para evitar la propagación del virus -contando además con la experiencia previa asiática-, como campañas de formación e información, producción y entrega masiva de barbijos, alcohol en gel y demás elementos de protección en hospitales, tests masivos para detectar los casos positivos y aislarlos, incremento del presupuesto para salud, transporte y educación -disponer de más espacio de terapia intensiva y respiradores, personal acorde con retribución, jornada y condiciones laborales correctas, insumos de higiene en hospitales y escuelas, tan elementales como el agua y el jabón, que a menudo no están, así como transporte público incrementado que permitiera guardar las distancias recomendadas-, no se tomaron en absoluto. Todas ellas tenían esencialmente dos problemas: atacaban la rentabilidad del capital privado (salud, educación y transporte) y requerían destinar en esa dirección fondos públicos (confiscados mayormente en forma de IVA al conjunto de la población trabajadora) que en cambio se destinan desde hace siglos -aquí y en todo el mundo- al subsidio de las patronales y la usura de los prestamistas, es decir, la concentración y acumulación de riqueza de la minoría capitalista (la misma que incrementa sus ganancias con salarios de hambre y no gasta ni invierte). Es decir que el apuntalamiento -como vemos hoy, inútil- de la debacle capitalista se realiza sobre la base de decenas de miles de muertes fácilmente evitables (tanto en cuanto a prevención como en atención posterior).
Entonces aparece el pánico, como construcción mediática distractiva y como medida de control social, que entre otras cosas habilita la violación del régimen democrático (burgués) con intervención desmesurada (y contraproducente) del aparato represor estatal.

¿Pero todo esto no precipita los derrumbes financieros que vemos en todo el mundo, liquidando las burbujas creadas, toda vez que las cuarentenas privan al capital de la fuerza de trabajo, de cuya explotación extrae lo que llama ‘sus ganancias’?
Sí, y es la materia preferida de la divagación de economistas (que reemplazan el método científico por el oscurantismo retórico) explicar cómo y por qué estas contradicciones absurdas e irresolubles son razonables y necesarias -además de sostenibles.
No hace falta perder tiempo con eso. Que el régimen capitalista es una máquina de dispararse a los pies es algo sobradamente conocido, como es sobradamente conocido que esos pies son mayormente las masas explotadas, trabajadoras -no hay que perder de vista, además, que en un contexto de “fuerza mayor” las patronales pueden cerrar y despedir a menor costo y avanzar en la baja de salarios y degradación de las condiciones laborales, incrementando los niveles de explotación.

¿Qué conclusión preocupante podríamos sacar de todo esto? Que cuando se trate de una enfermedad con un nivel de contagio mayor, y tasas de mortalidad superiores -y hay motivos para esperar que vayan a desarrollarse-, las defunciones serán fenomenales, y el colapso inmanejable.

Lo único que esta declarada pandemia ha puesto de relieve (por mucho que se lo trate de disimular) es algo que todos sabíamos: el sistema de salud para atender a la inmensa mayoría de la población es de una precariedad e insuficiencia criminales. Esta es la primera conclusión que hay que sacar, y por ende lo primero que hay que corregir -casi todo lo otro de lo que se suele hablar es humo.

Bajo estas consideraciones, el COVID-19 parece un favor que nos están haciendo: un llamado de atención o una advertencia.
¿Haremos el aprendizaje y tomaremos las medidas correspondientes?

 


Más info:

2019–20 coronavirus pandemic
https://en.wikipedia.org/wiki/2019%E2%80%9320_coronavirus_pandemic

Coronavirus COVID-19 Global Cases by the Center for Systems Science and Engineering (CSSE) at Johns Hopkins University (JHU)
https://gisanddata.maps.arcgis.com/apps/opsdashboard/index.html#/bda7594740fd40299423467b48e9ecf6

Para un prestigioso científico argentino, “el coronavirus no merece que el planeta esté en un estado de parate total”
https://www.infobae.com/coronavirus/2020/03/28/para-un-prestigioso-cientifico-argentino-el-coronavirus-no-merece-que-el-planeta-este-en-un-estado-de-parate-total/

Coronavirus y asbesto: una alianza mortífera
https://politicaobrera.com/movimiento-obrero/774-coronavirus-y-asbesto-una-alianza-mortifera

Actualización (2020-04-13):

Conferencia en Italia de ayer, resumida por infectóloga, Dra. Olivato
https://www.facebook.com/riveravaldez/posts/10222331656457413

Actualización (2020-04-21):

COVID-19 and containment
https://thenextrecession.wordpress.com/2020/04/20/covid-19-and-containment/

Jorge Altamira: sobre Congresos y burocracias partidarias

En los Partidos de izquierda se hacen congresos -no sé con qué regularidad-, pero lo que distingue nuestro congreso es que no es un congreso cerrado a la militancia, sino que aunque en el congreso participan los delegados votados por los militantes -y durante tres meses son discutidos todos los temas en el Partido por todos los militantes-, para nosotros el congreso del Partido Obrero es una instancia muy importante de conectar profundamente con la población trabajadora, para que vea cómo nosotros elaboramos lo que luego ellos ven en los volantes, lo que luego ven escrito en el periódico: cuál es el procedimiento. Porque de lo contrario no viven a un Partido -que quiere desarrollarse como Partido clasista-, no lo viven como un Partido de la clase obrera, sino que hay un muro: “estos discuten acá, veremos qué cosa, tendremos que leer documentos largos…, pero no vemos el proceso vivo”. (…)

Éste congreso queremos que lo discutan todos los que estén interesados por la vida del movimiento obrero, aunque no estén en el Partido Obrero. Que lo discutan todos los partidos del Frente de Izquierda, todos los miembros del Frente de Izquierda, los compañeros que simpatizan, el compañero con el que realizamos actividades en común, en las fábricas, etc. Que lo discutan, que hagan llegar sus opiniones. (…) Y esto es un combate que realizamos tan temprano contra lo que después es la degeneración de los procesos revolucionarios que son copados por la burocracia partidaria. Stalin…, todo ese tipo de usurpadores del poder político, que han expropiado a la clase obrera, nosotros los combatimos desde la constitución misma, desde el desarrollo mismo del Partido, mucho antes de tener responsabilidades de poder.

Fuente:

Jorge Altamira, charla en Mar del Plata PARTIDO OBRERO en el Frente de Izquierda
Partido Obrero | Publicado el 26 mar. 2012
https://www.youtube.com/watch?v=co_pE1tJ80E

“Yo a la esclavitud del hogar no vuelvo más” – Presentación de ‘Las obreras que voltearon al zar’, de Olga Viglieca

Una vez, en Tartagal, en un piquete del Polo Obrero y de otras organizaciones, hace tiempo…, bueno, hace una década, me pasó algo que fue muy interesante. Se me acercó una compañera -que yo obviamente no conocía-, se puso a conversar conmigo…, y me dejó las siguientes palabras: “Yo, a la esclavitud del hogar, no vuelvo más.”

¡Miren el efecto emancipador de un movimiento de lucha!

Porque ella, no lo descubrió leyendo libros, ni electrónicos ni en papel, sino por participar -en Tartagal en particular, por aquel levantamiento de General Mosconi en el año 2000, 2001- descubrió a través… A través de la lucha no sólo se descubren nuevas identidades y nuevas posibilidades, de parte de tal o cual colectivo, sino del conjunto del pueblo. Porque lo que limita la perspectiva que cada trabajador se traza -de él, y de su familia, y de sus amigos-, es la atomización. Y lo que revoluciona esa perspectiva sin futuro es el trabajo y la lucha colectiva de una clase.

Esto lo tiene que comprender a fondo -un trabajo a fondo tiene que hacer- acá la izquierda argentina, porque con un movimiento masivo de mujeres, verdes, la mayor parte de los votos van para macristas o kirchneristas, que no son representantes consecuentes del movimiento de las mujeres.

Uno diría, “bueno, algo no anda bien con las mujeres”, puede ser, pero también quiere decir que algo no anda bien con los partidos. Porque primero hay que asumir la propia responsabilidad, ¿no es cierto? Entonces, esta es la conclusión política que hago de este libro, y mi lectura entre líneas, y de las líneas, porque ya desde el título hay un mensaje disruptivo.

Segmento final de la intervención de Jorge Altamira en la mesa-presentación del libro de Olga Viglieca, Las obreras que voltearon al zar, junto a la investigadora feminista Nora Domínguez y la autora del libro (periodista y dirigente del Plenario de Trabajadoras).

Fuente (video): https://www.facebook.com/jorge.altamira.ok/videos/2771625116242611/

Evento en facebook: https://www.facebook.com/events/1220078388166986/

 

¿Cómo salimos de esto?

Un comentario hecho sobre el video en cuestión:

1. Bona -que está curtido por su origen e historia y hoy es lo que algunos llaman ‘un músico consagrado’- plantea unas correctas condiciones, que al mismo tiempo sólo una ínfima minoría de lxs trabajadorxs de la música puede hacer valer de manera individual, con lo cual si no se avanza en una lucha de todxs lxs trabajadorxs de la música (recuperación previa del sindicato como medida mínima) esto se va a quedar en una denuncia y pataleo pero sin resolución.

2. No es “condición humana” el abuso, la opresión y la explotación: son características del régimen social en que vivimos, pero incluso bajo el capitalismo uno ve todo el tiempo que entre trabajadorxs hay una solidaridad y unos códigos éticos, incluso una consciencia de clase, absolutamente maravillosos, que no tienen un carajo que ver con la miseria sociopática de las patronales y el empresariado.

3. A los que hacemos y amamos la música (o la cultura en gral.) no es que nos atraiga “ir a tocar gratis”, sino que se lo interpreta como “el inevitable camino para alguna vez poder vivir de hacer música”: esto por un lado se instala en un régimen social general de explotación y miseria, pero además implica -tácitamente- que la riqueza que produce la clase trabajadora se concentra, se roba y se fuga, y luego uno tiene que vivir pensando en cómo pagar el alquiler y comer, en pleno 2018, cuando la humanidad está hace rato en condiciones técnicas, científicas e industriales como para garantizar la vida, alimento, salud, educación, etc., de todos los que habitamos este planeta.

4. El trabajar gratis -una forma de explotación peor que la esclavitud, en términos del robo patronal que conlleva- no existe sólo en la música: en otras áreas (a raíz del agotamiento del mercado y del metabolismo capitalista para funcionar, cosa que se ve por ejemplo en la huelga mundial de inversiones) se encuentra como plaga; doy un ejemplo: se publican avisos para trabajar “free-lance, como periodista, sin remuneración”, y ni hablar de pasantías, trabajo basura, docentes que no cobran, etc.

5. Bona relata la evolución económica en New York (ciudad central y privilegiada, en buena medida, de Estados Unidos): Inflación, suba de precios -en alimentos-, tarifas que crecen, transporte que también aumenta, y el pago a los trabajadores ni siquiera congelado, ¡desapareciendo!
300% de aumento en transporte. 500% en el precio de consumo en los locales. Y el salario -precario- de los trabajadores de la música, cayendo.
¿Te suena?

Que gobierne la Clase Trabajadora.